miércoles, 16 de junio de 2010

Siguen siendo mis chicos, siguen siendo los mejores, y la mejor bandera del mundo sigue colgada de mi ventana. Hay que saber perder, salir a la calle mas concurrida de Ginebra con la camiseta roja y amarilla. Sin citicar al otro equipo, y sin esconderte avergonzado. Mostrarse orgulloso de su pais, de su equipo y de sus jugadores, y enseñar que, además de saber perder, hay que saber ganar. Muchos fabricantes de relojes de por aquí deberían aprender a hacerlo.

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