lunes, 3 de mayo de 2010

El don de crear un universo recién nacido.

Escribir. Escribir por hacerlo; sin necesidad de inspiración, motivo u objetivo. Sólo por el placer de crear, crear sílabas, palabras, frases y, son suerte, un texto coherente.
Me gustaría crear como lo hacen otras personas, con indudable talento, seguridad en sí mismas y habilidad para mantenerte hipnotizado hasta el final. Por el momento, quiero creer que la experiencia hará de mí una escritora medianamente decente.
Hay gente que no cree en el talento, que cree que con el simple amor a las letras, tesón y práctica, puedes llegar a ser un escritor respetable. Ojalá. Pero yo creo en él, creo que hay gente que ha nacido con un don, uno de los dones más maravillosos que Dios puede haber otorgado: la posibilidad de, en tu propio universo, parecerte a Él. Crear un mundo para ti y para aquellos que deseen adentrarse en él a partir de la nada, donde no hay reglas, donde la Historia aún está por ser escrita y donde aún no se han cometido errores.

El don de la escritura es un regalo otorgado a unos pocos privilegiados. Si yo soy una de ellos, no lo sé. Si llegaré a ser una escritora decente, no lo sé. Si algún día podré crear un mundo en el que todo el mundo quiera adentrarse, tampoco.

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