miércoles, 5 de mayo de 2010

Libertad

Sé de un lugar mágico. Sé de unas playas inmensas que nadie más conoce, donde el mar y el cielo se tocan y ningún ruido interrumpe el canto del silencio. No hay personas mirándote con lupa, no hay normas que cumplir ni preocupaciones por las que angustiarse. La espuma de las olas te limpia por dentro y la corriente se lleva todo lo malo que hay en ti. Allí puedes gritar, correr, reír y llorar sin motivo, sin que nadie lo sepa. Puedes ser tú misma durante un par de horas, sin oír nada más que el ruido de las olas y tus propios pensamientos. Pero no son sólo mías: cada persona es dueña de su propia playa, dónde sólo hay una palabra escrita con un dedo en la arena: Libertad.

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